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PLACENTA: ÓRGANO AL SERVICIO DE LA VIDA

¿Tiene nuestra placenta un alma, o compartimos nuestra alma con la placenta?

La placenta es un Órgano Sagrado, creado por el cuerpo de la mujer en el momento de la gestación con el fin de nutrir, proteger y sostener la vida del Ser que crece en el útero materno. Ella es su primera fuente de alimento, su contacto directo a través del maravilloso hilo de luz que conecta a la madre con su cría.

Este órgano, lleno de tantas historias y misterios, actualmente es objeto de tabúes, supuestos y, a menudo, de rechazo. Sin embargo, fue por mucho tiempo considerado sagrado en distintas culturas indígenas, siendo venerada y honrada por su inmenso poder de sostener la vida y nombrada en muchas sabidurías como nuestra “hermana gemela” o “Árbol de la Vida”.

En contraste, hoy en día gran parte de los hospitales y centros médicos han obviado esta mirada sagrada, donde el nacimiento se ha mecanizado. Generalmente, en estos lugares, las placentas son desechadas, olvidando su potencial sanador, relegando saberes ancestrales esenciales que nutrían cada aspecto del ciclo de la vida.

Hoy, las Doulas Placentarias buscamos rescatar el poder de las placentas. Afortunadamente hoy es posible recuperarlas en centros médicos tanto públicos como privados, gracias al reconocimiento de esta visión espiritual.

La Medicina Placentaria es una manera de obtener todos los beneficios que las madres mamíferas y sus crías requieren desde el momento del nacimiento.

Luego de que la placenta es recuperada, las Doulas Placentarias transformamos distintas partes de ésta para poder utilizarla de forma oral (a través de su ingesta), de forma dérmica o en arte ritual. Esta última forma es utilizada como una manera simbólica de proteger, cuidar y recordar el nacimiento del nuevo Ser. Sus usos incluyen:

·      Batidos Medicinales: Hechos con el cotiledón, aportan energía, nutrientes y vitaminas esenciales a la madre durante el posparto inmediato.

·      Cápsulas Medicinales: Se logra deshidratando la placenta para su ingesta oral, ofreciendo vitaminas, proteínas y energía.

·      Parches Cicatrizantes: Elaborados con el saco amniótico, se utilizan para regenerar heridas en el bebé o la familia, incluso años después del nacimiento.

·      Atrapasueños: Confeccionados con el cordón umbilical, actúan como amuletos protectores, asociados al buen descanso y la protección de la "guardiana placenta". Entre muchísimas otras opciones.

Por esta razón, la conexión madre-hijo/a-placenta debe prolongarse al máximo. No cortar el cordón inmediatamente permite que el bebé siga recibiendo, con total eficacia, los nutrientes y vitaminas esenciales de su “hermana gemela”. Marcando una diferencia significativa en el bienestar del recién nacido.

Algunos de los beneficios de esta medicina incluyen:

·      Recuperación Física y Nutricional: La placenta actúa como un suplemento natural en el posparto, reduciendo el sangrado y asistiendo la involución uterina. Además, es una fuente rica en hierro, vitaminas y proteínas, y promueve activamente la lactancia y el suministro de leche.

·      Estabilidad Hormonal y Emocional: Funciona como un poderoso regulador hormonal y anímico, prolongando el efecto de la Oxitocina para fortalecer el apego y prevenir la depresión posparto.

·      Vínculo y Armonía Energética: Fortalece el vínculo madre-hijo/a y promueve el sistema inmunológico. A nivel sutil, ayuda a reordenar el sistema energético de la madre, lo que favorece la armonía sistémica en el bebé y la familia.

¡Por el reconocimiento de los Saberes Ancestrales!

 

 
 
 

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